
Estas historias
-nunca tienen fín
---y más si en este tema
hablo de mí.

Algunas personas me pueden ver como una persona insensible, poco cariñosa. Pero mis amigos realmente saben como soy, soy super sensible, cariñoso, tengo mis arranques como creo que los puede llegar a tener cualquier persona. Mi sensibilidad es extrema, y más aún con mis amigos, mi familia, o aveces conmigo mismo, con problemas que me ocurran a mí, sean problemas familiares, o así sean amorosos. Mis amigos son mi extrema sensibilidad, no puedo estar sin ellos, especialmente con mis mejores amigos, que son los que siempre estan, y estoy cuando me necesitan, si les ocurre algo no puedo no sentir lo mismo que ellos sienten... Si sienten angustia, sentire angustia, si sienten felicidad, sentire felicidad, son esas personas que siempre van a estar en mí, son esas personas que sabes que nunca te fallarian y estaran en todo momento. Hoy se que aveces mi histeria, mis nervios, o mis momentos de insensibilidad son los problemas de discusión.

La esencia se perdió la última vez que te miraste en el espejo. Querías encontrarte pero viste a un desconocido. Demasiado brillo por fuera que contrasta con la palidez de tu alma, que está vacía, porque no la alimentaste. Tanta preciosidad a la vista de los ojos de los demás, pero te ves horrible, cuando te encontrás a solas. Tu inocencia hoy está oscura, perdió ese toque de frescura, porque actuás para el afuera, pero en tu rincón interno, aborrecés ser así. Todos te aprueban, todos te desean, todos te buscan, y vos, aún no aprobás tu postura, no deseás tu propia compañía y si mañana partieras de tí, no te buscarías. Totalmente rodeada de aplausos, de admiradores, más de uno daría la vida por tí. Pero no te importa mucho todo eso, ya que tu vida ya no es tu vida. Se pasó a la vereda de enfrente y ahora se ríe de tí...

La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come; En cuanto nace la virtud, nace contra ella la envidia, y antes perderá el cuerpo su sombra que la virtud su envidia ; La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.